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GERMÁN GARCÍA
"POLO" BECERRA, RESTAURANTERO, DESPUÉS DE 14 AÑOS DE HABER LLEGADO DE MÉXICO HA RECIBIDO MUCHOS PREMIOS.
La dura receta del éxito

ROBERTO RAMOS

Ahora es dueño de un lujoso restaurante, pero antes tuvo que enfrentar la quiebra

Hace 15 años, cuando trabajaba en Puerto Vallarta, México, en restaurantes y hoteles, no tenía en mente venir a EU a hacer negocios.

Ahora es el único dueño de un restaurante ubicado en una zona exclusiva de Houston.

Leopoldo 'Polo' Becerra empezó a trabajar como cocinero en el Post Oak Grill en 1990.

Ocho años después hizo su primera inversión, de $150,000, al comprar acciones del negocio con ayuda de un banco. En agosto realizó el último pago, lo que le permitió ser el único propietario.

Sencilla al hablar, vestido de chef, comenta que todo lo que ha logrado ha sido con mucho trabajo.

En México siempre tuvo dos empleos y vivía solo. "Para tener algo, hay que trabajar mucho y muy duro", aseguró.

Así ha estado acostumbrado y ese ha sido su ritmo de vida.

Con sus ahorros inició pequeños negocios de venta de aguas frescas en México.

Aún cuando empezaba a tener éxito en sus negocios, decidió aceptar la oferta de uno de sus primos para venir a Houston, con la idea de abrir un establecimiento.

Nunca pensó en que todo sería diferente de aquello a lo que estaba acostumbrado: sistema de vida, reglamentos de gobierno y costumbres... "Fue como si volviera a nacer y aprender a caminar", afirmó.

Junto con su pariente abrió el restaurante El Torito, que nunca prosperó. Los llevó a ambos a la bancarrota.

Recuerda que en su cuenta de banco le quedaban $150 y tuvo que vender sus propiedades en México para poder pagar las deudas. Fue entonces cuando empezó a trabajar en restaurantes mexicanos.

Llegó a Post Oak Grill en 1990 como cocinero, posteriormente le dieron el puesto de chef ejecutivo y siguió trabajando para recuperar lo perdido años atrás.

También comenzó a aprender el idioma y las costumbres de EU.

Sus actuales empleados fueron testigos de su rápido ascenso. Polo dice que ellos le enseñaron a trabajar y todavía siguen haciéndolo, porque quieren el negocio. A todos los conservó como trabajadores.

Él mismo se pregunta, mientras observa a sus empleados, cómo se hace para triunfar. Y su respuesta inmediata es: pagar un precio muy alto.

"Es desgaste de tu salud, sacrificios por tu familia. En mi caso yo dediqué 100% al negocio y dejé a mi familia en espera. Es un precio muy grande que tienes que pagar", repitió.

Becerra dijo que todavía no ha terminado de pagar ese precio.

Ahora, además de preocuparse por su familia, lo debe hacer por 120 familias que dependen de Post Oak Grill.

"Tengo que ser líder, llevarlos adelante, no a la quiebra, darles buen rumbo; esa es ahora mi preocupación", agregó.

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