Bernard Kerik y la niñera ideal
RUBEN NAVARRETTE
Cuando más se oye hablar sobre la desordenada vida personal de Bernard Kerik, más pienso que el ex comisionado de policía de Nueva York debería aislarse con esos pequeños conos naranja.
Cuando Kerik retiró recientemente su candidatura a secretario de Seguridad Interna, él y sus abogados afirmaron que era debido a lo que se ha llamado la "explosión de niñeras".
Una mujer que Kerik había contratado para que cuidara a sus niños resultó estar en el país ilegalmente, y Kerik no le pagó el impuesto del Seguro Social.
Qué lastima. En muchos aspectos, Kerik hubiera sido la persona perfecta para ese cargo, que controlará 22 entidades de espionaje e inteligencia, tarea perfecta para un policía.
A pesar de todo esto, Kerik citó a su niñera como única razón para retirar su candidatura. En mi mente, esto sugiere una desagradable posibilidad: que Kerik está usando su problema con la niñera para desviar la atención de lo que algunos consideran problemas mucho más serios.
Eso quiere decir que Kerik o sus abogados se sentaron y calcularon que la consecuencia de otra historia más de niñeras sería mucho menos severa que las de relaciones extramaritales, escándalos financieros y conflictos de interés.
Si eso es lo que sucedió, es perturbador.
En primer lugar, los estadounidenses conocen esa historia. Además, no les importan las niñeras, es decir, a menos que estén tratando de contratar una.
En realidad, las niñeras son tan comunes en Estados Unidos que la gente a menudo se olvida de algunos hechos inconvenientes.
Cada vez que una familia contrata a sabiendas a una inmigrante ilegal de niñera, infringe la ley.
Y cuando la familia no paga el Seguro Social de la empleada, infringe otra ley.
En todas las discusiones sobre la inmigración ilegal, los estadounidenses han resultado ser notablemente indulgentes con sus propias transgresiones en materia de niñeras
Y quizás Bernard Kerik esté contando exactamente con eso.
—Ruben Navarrette es columnista de The Dallas Morning News.
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