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Miércoles, 29 de Diciembre de 2004, actualizado a las 06:01
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EN SUS MARCAS, LISTOS... ESTE ES EL GRUPO DE ASTRONAUTAS QUE INTEGRARÁ LA MISIÓN.
Con alas nuevas

ÁNGELA POSADA-SWAFFORD

Después de 27 meses en el nido, los pájaros de la NASA volverán al aire en mayo

Es lo más hermoso del mundo, dice Jerry Ross, el astronauta más veterano en la NASA durante un recorrido por la plataforma de lanzamientos del transbordador en el Centro Espacial Kennedy, en la Florida.

"Ver este lugar nuevamente en plena actividad significa que realmente vamos a regresar al espacio y eso es algo que nos tiene muy felices a todos".

Casi dos años después de que los trozos en llamas de la nave Columbia cayeran sobre Texas en febrero de 2003 y tras una exhaustiva serie de revisiones que sacudieron a la NASA y paralizaron los vuelos en los transbordadores, la agencia se prepara para el ansiado regreso al espacio.

En mayo, el Discovery, en una misión de rutina que llevará provisiones a la Estación Espacial Internacional, dejará su nido nuevamente y el Atlantis estará listo a despegar detrás, en caso de que se presente una emergencia.

Naves más seguras

"Resolvimos varios problemas que ahora hacen de los transbordadores vehículos sumamente seguros", dice Ross, quien ha subido siete veces al espacio.

"Por ejemplo, hicimos nuevos estudios y cambios en la espuma aislante que recubre el tanque naranja de combustible líquido para que no se separe de las paredes bajo las presiones propias del despegue: trozos de esta espuma fueron los que abrieron un hueco en el ala del Columbia".

También realizaron profundos análisis de rayos X, ultrasonido, corriente electromagnética y termografía de los 44 paneles de carbono reforzado que recubren los bordes del tanque de las alas, la nariz y las compuertas del tren de aterrizaje delantero.

"Estudiamos cientos de formas para que esos paneles aguanten más impactos y colocamos nuevos sensores en las alas, capaces de determinar si hubo daños causados por impactos durante el despegue", añade Ross.

"Llevamos a cabo un largo análisis del estado de salud de la plomería interna de los tres motores principales de cada orbitador".

Los nuevos retos

Una de las tareas más difíciles, dice Ross, fue el desarrollo (y aún se trabaja en esto) de materiales, herramientas y tecnologías para reparar tejas dañadas en órbita.

"Ya imaginarás lo difícil que es hacer cosas como colocar un tornillo con un grueso par de guantes y un casco en la cabeza, mientras flotas en gravedad cero", dice.

"En cambio, algo que tuvo mucho éxito fue la colocación de nuevas cámaras de video y fotografía de la más alta resolución a distintas distancias de la plataforma de lanzamiento".

La idea, es poder ver hasta el último centímetro de la superficie del transbordador desde distintos ángulos para verificar si ha sufrido daños durante el despegue.

Recorrido por el hangar

En el hangar ensamblan los monstruosos cohetes blancos que van a los lados del transbordador. "Recubrimos estos cohetes con una nueva mezcla de corcho y pintura para evitar que el aislante se despegue. Además, cambiamos los tornillos pirotécnicos que estallan para separar los cohetes del transbordador en pleno vuelo por tornillos de una pieza que no causan daños al orbitador".

Se redobló la atención a la hora de desarmar y volver a armar cada transbordador, incluyendo hasta la última tuerca.

"En Houston, que es la sede del programa espacial tripulado, el regreso de los transbordadores al espacio es algo muy emotivo", dice Ross.

"Todo el mundo habla de eso en los pasillos".

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