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Domingo, 27 de Febrero de 2005, actualizado a las 06:00
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GIOVANNI OVALLE
MARÍA FUE TRAÍDA A EU CON ENGAÑOS Y PUESTA A TRABAJAR COMO PROSTITUTA EN UN BAR DE LA CALLE MCCARTY, EN EL SUR DE HOUSTON.
Las engañan y las prostituyen

GIOVANNI OVALLE

Unas 18,000 personas por año son obligadas a venir a Estados Unidos

Salieron de México con la esperanza de una vida mejor. A las tres las engañaron. Les dijeron que trabajarían de cocineras en una lonchería, y terminaron de prostitutas en un bar de la calle McCarty.

"Con tres hijos, dos de ellos terminando la secundaria, sin trabajo y cuentas por pagar, no hay mucho qué pensar", dijo María al explicar sus razones para aceptar la oferta. "Además, el viaje nos lo pagaban".

Según Rosmary Vega, del programa de tráfico de personas y asilo político de YMCA, "la mayoría de personas víctimas de tráfico de humanos fueron inducidas con falsas promesas de trabajo o amenazas".

A María le propusieron traer a alguien más, e invitó a Marcela, dueña de una bicicletería, y a Dolores, fotógrafa de un bar.

El sábado 25 de octubre de 2003 llegaron a Dolores Hidalgo, Guanajuato, donde un contacto las puso en un bus de turistas que las dejó en Piedras Negras, Coahuila. Durmieron en un hotel y al otro día un taxi las llevó a esperar a alguien para pasar la frontera. A las 2 pm cruzaron caminando el río Grande.

"No sé a dónde llegamos", dice. "Lo único que sé es que luego caminamos tres días y dos noches".

Al tercer día las recogió una camioneta que las llevó a una casa cerca de San Antonio. A Houston llegaron un miércoles en la noche. Lo primero que vio María fue la lonchería en la que iría a trabajar.

Les dieron de comer y les dijeron que al otro día comenzarían a trabajar. Las llevaron a comprar ropa y luego supieron que serían prostitutas en el Bar Río Grande.

Según el Departamento de Salud y Recursos Humanos federal, los traficantes usan la fuerza física, las víctimas sufren abusos físicos y sicológicos, y muchas veces las violan y amenazan, al igual que sus familiares. En otros casos les roban el pasaporte y les pegan.

De acuerdo con María, ella y sus compañeras debían usar falda y lucir atractivas, beber con los clientes para recibir comisión, y si el cliente quería sexo, ir "al cuarto".

"Teníamos que pagar el dinero que habían gastado en nosotras, no tuvimos más opción", explica María. "Además, ellos podían hacerle daño a nuestras familias en México. Era lo que nos decían".

Cobraban $50, de los cuales $15 eran para pagar el alquiler del cuarto a los dueños del bar. Es un cuarto pequeño, maloliente, con dos camas pegadas a la pared y una puerta trancada con un madero. Está detrás del bar, junto a la rockola.

"No podíamos ir a ningún lado sin ellos, ni hablar demasiado con los clientes, y mucho menos dejar de trabajar", recuerda María.

Las obligaban a trabajar largas jornadas y en ocasiones no les daban el dinero de las comisiones.

Según María, pese a que los dueños del bar tenían contratadas a mujeres que viven en Houston, ellos prefieren traerlas de México, porque no tienen que pagarles; por el contrario, son ellas quienes tienen que darles dinero.

Traficar con mujeres y prostituirlas no es exclusividad de un bar. Según María, "hace algún tiempo, en otro bar de la zona tenían encerradas a unas muchachas de Oaxaca y las obligaban también a prostituirse".

María y sus compañeras llegaron a Houston debiendo $1,200 y en diciembre ya debían $2,000, sin saber por qué. Sólo supieron que la alternativa era pagar o pagar.

María recuerda que un día la obligaron a trabajar estando enferma, con fiebre y adolorida. Una hermana de la dueña la acompañó al médico, que ordenó hospitalizarla. Esa noche, quien es hoy su marido, la ayudó a escaparse.

Pero después, revólver en mano, el dueño del bar le advirtió a María que debía pagarle todo o se cobraría con la familia, en México. María le dio $500 y saldó la deuda.

"Sé que mis otras compañeras se tardaron hasta junio del 2004 para pagarle los $2,000".

Hoy las tres quieren que su experiencia no la viva otra mujer.

Según el gobierno federal, cada año unas 18,000 personas (14,500 son mujeres) son traídas a Estados Unidos a la fuerza o engañadas; 70% de las mujeres va a dar a la industria del sexo ilegal.

Para Cache Seitz Steinbeg, trabajadora social de la Universidad de Houston, aunque 15 de las 70 entidades que prestan asistencia a víctimas del trafico de humanos en Houston reportaron en los últimos dos años 172 casos como el de María, la cifra puede ser inexacta debido a que no hay datos de cuántos de estos casos fueron atendidos por diferentes entidades, o sencillamente no se reportaron.

Por esto, las cifras de mujeres que traen a Houston y obligan a prostituirse no son precisas.

En la mayoría de los casos vienen de México y Centroamérica.



Cifras del tráfico de personas hacia EU durante 2004

5,500 desde Latinoamérica

7,000 desde Asia Oriental y el Pacífico

5,500 desde Europa Oriental y Eurasia

700 desde África

600 desde el sur de Asia

200 desde Cercano Oriente

Fuente: Departamento de Estado de Estados Unidos

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