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GETTY IMAGES |
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EN UNA SEMANA, TOM DELAY HA TENIDO QUE ENFRENTAR UN PAR DE REPRIMENDAS. |
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Las cosas se ponen duras para DeLay
ENRIQUE RANGEL
El jalón de orejas que recibió de sus colegas en el Congreso podría tener un costo político
Austin — Dice un dicho que a cada santo le llega su función.
Según varios analistas políticos, éste podría ser el caso del representante Tom DeLay, republicano por Sugar Land y líder de la mayoría en la Cámara de Representantes.
En sólo una semana, DeLay ha recibido dos reprimendas de sus colegas en el Congreso, la más reciente el miércoles por la noche.
Según los miembros de la Comisión de Ética —integrada por cinco republicanos y cinco demócratas— DeLay ha actuado incorrectamente en su campaña para que los republicanos ganen más poder, sobre todo en Texas.
El año pasado, por ejemplo, DeLay fue el arquitecto del plan de trazar nuevos límites a los distritos congresionales de Texas. Además, trató de usar recursos del gobierno federal para encontrar a los legisladores demócratas que salieron temporalmente de Texas para que la mayoría republicana no tuviera quórum para aprobar la modificación de los límites congresionales.
Hace tres semanas, el fiscal de distrito Ronnie Earle encausó a tres de sus colaboradores por recaudar fondos entre empresas para financiar la campaña de modificación de distritos, algo ilegal.
"Estaba esperando que algo así sucediera", dijo Henry Flores, jefe del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de St. Mary's en San Antonio. "DeLay lo lleva todo al límite".
Flores recordó el largo historial del conflictivo legislador, a quien apodan "El Martillo".
Durante los 20 años que lleva representando su distrito en el área de Houston, DeLay se ha distinguido por su estilo agresivo, sobre todo contra los demócratas.
James Battista, politólogo de la Universidad del Norte de Texas en Denton, dijo que los problemas de DeLay podrían costarle caro porque tiene muchos enemigos en ambos partidos, quienes con gusto votarían para que pierda el liderazgo de la mayoría en la Cámara.
Para Lara González, quizás el daño para DeLay ya esté hecho. "Todo mundo sabe que quiere ser presidente de la Cámara, pero con esta publicidad negativa es dudoso", dijo el director en Washington de la organización ALEO.
"Es aceptable que el presidente de la Cámara sea partidista", dijo González.
"Pero ser partidista no significa que tiene que ser mañoso" y ésa es la fama que tiene DeLay.
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