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GERMÁN GARCÍA |
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LA MAESTRA JULIE COTE (CENTRO) Y EIRA GRACIELA CABALLERO |
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Mi vida por las de mis hijas
GIOVANNI OVALLE
Graciela Caballero es la luz de sus dos hijas minusválidas
Llegó hace nueve años, con Eira y Silvia Patricia, sus hijas: una cuadraplégica y la otra ciega.
Desde entonces, siempre se levanta a las 5 am, prepara algo de comer y las tres se van a la escuela.
Allí, Graciela Caballero es ojos, manos, oídos y tutor de sus hijas. Asiste a clases con ellas, toma notas y las lee.
Por estar siempre con sus hijas, casi nunca tiene un trabajo estable, razón por la cual el dinero falta. Algunas veces las tres pasan el día con un poco de agua con canela.
Pero ninguna desiste. Ni ella en sacrificar su vida por las hijas, ni ellas, de 24 y 35 años, de intentar hacer lo que hacen los demás: estudiar, ir al supermercado, visitar amigos, ir al médico.
Especialmente debido a las enfermedades de Eira. Siempre van juntas mamá e hijas.
Graciela Caballero lleva 35 años luchando sola. Su marido prefirió 'ser feliz' de otra manera y se fue.
Sin embargo, está convencida de que si volviera a vivir, felizmente lo volvería a hacer de la misma manera: haciendo de ojos, oídos, brazos y manos de sus hijas.
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