SAN ANTONIO
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MARK GREENBERG
LAS MOTOCICLETAS ESTÁN DE MODA. SON MÁS BARATAS QUE LOS COCHES.
Sin freno las carreras callejeras

OLIVIA DOERGE

La policía reacciona pero no puede, o no quiere, acabar con las carreras

Al Ortiz, un motociclista de 29 años, se subió a su máquina en la madrugada luciendo sus gafas de sol de imitación.

"Todos están invitados a mi funeral, pero no vayan a llegar llorando porque va a ser una fiestota", gritó Ortiz antes de lanzarse en contravía por la entrada de la autopista interestatal mientras conducía su moto sobre la rueda trasera. "Manejaré mi moto hasta la muerte, sin casco y sin guantes porque no hay nada seguro en una moto", agregó.

Esta escena se repite cada fin de semana —en especial los domingos— en algunas calles y autopistas de la ciudad.

La ofensiva de las autoridades contra las carreras de autos y motos en la calle y que fue anunciada un mes atrás —especialmente en Military Drive, un lugar emblemático para los competidores— sólo ha consistido, a la fecha, en una campaña de prensa.

"Military Drive es un lugar donde trabamos contra las carreras desde hace décadas" dijo Gabe Trevino, portavoz de la policía.

Pero después de muchos años de trabajo y vigilancia las carreras continúan por la astucia de los competidores y porque el gobierno municipal ingresa un dineral con las multas que se imponen a los corredores y los que exhiben sus vehículos.

Don dinero

El domingo pasado por la madrugada, Alex Castro, Matthew Willis, y Greg Newman, todos de 14 años, fallecieron en un accidente que la policía atribuye a las carreras.

La noche siguiente dos equipos de pilotos —que solían competir en Military Drive— se organizaron para continuar las carreras en San Pedro Rd.

El fenómeno de las carreras no sólo no va a desaparecer por la voluntad y astucia de sus competidores, sino también por el dinero que genera para las autoridades.

"Todos los policías salen en televisión y se quejan de las carreras, pero si quisieran pararlas lo podrían hacer fácilmente", dice un corredor de 22 años. "El gobierno municipal gana su dinero en Military [Drive]".

De hecho, competir en carreras clandestinas de carros puede resultar muy costoso. La multa más barata es $120.

En muchos casos, cuando un policía detiene a una persona con un carro preparado (con un mejor motor que lo hace apto para competir) o con adornos (como luces de neón), el piloto suele recibir multas más elevadas.

"Una multa promedio en Military Drive es de $1,300. A los sargentos les gusta mucho la productividad y que puedan entregar informes de gran cantidad de multas a los jefes", dijo el policía Lucio Aguilar.

"Yo casi he perdido mi licencia varias veces", dijo un piloto de 24 años. "La semana pasada recibí una multa de $1,000", agregó.

Aunque las autoridades no tienen un archivo especializado de la cantidad de multas relacionadas con carreras ilegales, cálculos basados en entrevistas con policías que vigilan Military Drive los domingos y el promedio de multas que se imponen ese día, el gobierno municipal ingresaría más de $1 millón al año.

La mayoría de los pilotos son muy jóvenes y no tienen recursos para contratar un abogado, ni conocen bien las normas de tránsito. Como muchos de ellos han acumulado varias multas, no pueden tomar clases para limpiar su historial de manejo. La única opción que les queda es pagar.

El 12 septiembre Military Drive estaba congestionada con miles de personas y los tres carriles en ambos lados de la avenida estaban repletos de carros desde Brooks City-Base hasta el Mayan Palace 14 Theater.

Esa noche hubo choques, peleas y un tiroteo que dejó cinco heridos. Pero sólo había seis policías vigilando toda el área.

El domingo siguiente, más de 30 policías se dedicaron a poner multas y detuvieron coches por estar a dos pulgadas del paso de peatones o por señalar un cambio de carril antes de lo permitido. Incluso el concejal Ron Segovia anunció que las carreras se acabarían.

Después de un accidente las autoridades aumentan la vigilancia durante un tiempo, pero tras unas semanas la iniciativa pierde fuerza.

De hecho, después del 12 de septiembre los pilotos se movilizaron y trasladaron sus carreras a otros sectores.

El domingo pasado, dos equipos repartieron volantes anunciando que las competencias continuarán en San Pedro Rd, cerca de Basse Rd.

"No importa lo que hagan, siempre vamos a encontrar un lugar", dijo un piloto de 20 años que lleva seis compitiendo.

Los pilotos entrevistados dicen que las carreras en la calle son mejores y que no hay pistas abiertas a por la madrugada. "En la calle se hacen mejores carreras que en la pista de San Antonio", dijo un corredor de 23 años.

"Afuera tienes que saber lo que estás haciendo. Tienes que saber a donde ir cuando viene la policía".

También dicen que la mayoría de los accidentes son culpa de jóvenes que no saben lo que hacen.

"Son los pequeños chamacos que traen problemas: tú corres y el inexperto muere en un accidente, pero tu pagas por su muerte", dijo otro conductor de 23 años.

"Si no fuera por las carreras, estaríamos todos matándonos o usando drogas", dijo una mujer de 27 años, novia de uno de los pilotos callejeros.

"Es que no hay nada más que hacer".

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