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FERNANDO GARCÍA |
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ESCALERAS Y COLUMNAS SON PARTE DE LA CREACIÓN DE EDWARD JAMES. |
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Las pozas del inglés
FERNANDO GARCÍA
Los sueños y fantasías de un acomodado inglés cobran vida en Xilitla, en un jardín escultórico único en el mundo
En medio de la abundante selva de la Huasteca Potosina puede recorrer un laberinto en el cual las escaleras lo llevan a ningún sitio, apreciará paredes, altas columnas y vigas que solamente 'sostienen al cielo'. Todo esto es el reflejo del sueño de un hombre inglés.
Para entrar a este santuario onírico levantado en concreto, hay que pasar en medio del anillo de la reina y recorrer una vereda custodiada por serpientes erguidas y ahí es cuando los hongos con aves del paraíso indicarán que hay que dar la vuelta para adentrarse por completo a Las pozas del inglés, jardín escultórico, único en el mundo.
Al cruzar el puente Flor de Lis hay una enorme orquídea que pretende ser eterna. Ésta le indica el camino para entrar a un palacio de bambú. Sube a una casa de tres pisos, que por su altura podrían parecer cinco, para ver un baño en forma de ojo y un recinto con techo en forma de ballena.
Alucinado por tanta sorpresa y surrealismo, el visitante abre una puerta con un ojo de hierro y llega al pie de una cascada de 164 pies (50 metros) de altura que cae sobre una barranca, que parece sostenerse por pequeñas columnas. Al llegar e ese punto lo más conveniente es zambullirse en una de las nueve pozas del lugar.
Fruto surrealista
Este complejo arquitectónico integrado a la naturaleza fue construido durante 24 años, a partir de los años 60 por iniciativa del poeta y excéntrico escocés Edward James (1907-1984).
Ahijado y nieto del rey Eduardo VII, hijo de millonario y de madre huérfana, obsesivo hasta el fastidio, James, mejor conocido como El inglés, decidió comprar estos terrenos cuando una gran cantidad de mariposas cubrieran su cuerpo después de nadar en las pozas del lugar.
Considerado un importante coleccionista de arte surrealista en el mundo, amigo de pintores como René Magritte y Salvador Dalí, Edward vendió gran parte de su colección para financiar la construcción de Las pozas, la cual habría costado más de $5 millones.
El mismo Dalí le comentó a Sigmund Freud, padre del psicoanálisis: "Edward James está realmente loco, está más loco que todos los surrealistas juntos, ellos fingen, pero él lo es en realidad".
Una casa con alas
¿Por qué James escogió Xilitla para levantar sus jardines escultóricos?, se pregunta el viajero que llega a este antiguo pueblo, fundado por los agustinos 30 años después de la conquista y oculto en las montañas de la Sierra Madre Oriental, en los límites de Querétaro y San Luis Potosí.
Fascinado por la naturaleza del lugar, James decidió en 1947 comprar con la ayuda de su amigo Plutarco Gastelum los terrenos ubicados al lado de Las pozas.
En 1962 una rara nevada que gente del pueblo describió como una "fría lluvia de cenizas blancas" mató las miles de orquídeas que James había cultivado. Fue entonces cuando decidió revivirlas de forma que nunca fueran destruidas por una helada y así comenzó a levantar enormes estructuras durante más de 20 años.
Este inconcluso espacio más que una casa fue una especie de Arca de Noé, donde los principales inquilinos eran serpientes, felinos, aves y plantas.
"Al final de la vida quería vivir en una torre" dijo James, y en efecto es en una estrecha estructura donde está la Casa de Eduardo. En sus paredes él mismo escribió: "Mi casa crece como la cámara de un Nautilus, en ella guardo los sueños más intensos de mi niñez. Mi casa tiene alas y a veces en la profundidad de la noche, canta".
Corre peligro
Hay riesgo de que esta obra arquitectónica se pierda. La selva devora las construcciones y el deterioro es evidente. Según Gastelum, heredero de Las pozas, se requieren cerca de $2 millones para conservar las estructuras y jardines, los cuales sufren los malos tratos de los visitantes en temporada alta.
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